5/12/12

Yo y la fotografía


Fotografía personal de Ramón Romero Pastor - Oyendo el bosque
Ramón Romero Pastor - 2012

Una vez alguien me dijo que hacía fotos porque tenía muy mala memoria, y puede que yo en mi joven y constante inquietud de absorberlo todo hice mía dicha reflexión hasta tal punto que la devoré, con el fin de marcar el horizonte al que me estaba enfrentando. Fue antes de entrar en ésta escuela y ahora nos plantean la difícil reflexión sobre como posicionarnos como autores. No sé si lo que diré a continuación va a contestar esas dudas pero vamos a intentarlo.


No me interesó nunca en exceso el mundo de la imagen, durante mi formación en diseño teníamos asignaturas de fotografía y yo las pasaba sin pena ni gloria. Me gustaban, pero no había llama ni pasión en lo que estaba aprendiendo. Una crisis emocional me hizo visitar cierto blog muy personal de un fotógrafo, no diré quien, tan sólo que durante la visita hubo una chispa, un calor intenso, y yo no podía creer que esa sensación llegara a través de una imagen. Así pues un buen día decidí dejar mis dolores de cabeza para combatirlos con fotografías.

Así hice un paréntesis y comencé a centrarme en recolectar momentos. Como aquel que colecciona sellos, yo coleccionaba fotografías, mis fotografías. Y nadie más que yo tenía esa responsabilidad. Al final hice de la fotografía un estilo de vida y una terapia de la que ya no puedo salir.

Aunque comencé bebiendo de la fotografía a través de blogs y páginas de otros autores, lo que sinceramente admiraba y admiro, es la representación física de la fotografía. Tal vez mi anterior formación como diseñador gráfico tenga parte de culpa. Me gustan los libros, y si son de fotografía los admiro mucho más. Así que si he decir que me gusta es sin duda publicar fotografías en libros. El como hacerlo, tal vez consiste en tratar de contar el viaje interior sin necesidad de arrastrarme hasta un lugar lejano. Opino que la realidad ya es una fuente potencial de imágenes y no hay necesidad de forzarte a fotografiar un mundo al que no perteneces.

No admiro una fotografía preparada, considero el estudio fotográfico como fuente de conocimiento sobre el comportamiento de las luces pero me reafirmo si digo que la mayor y más bella representación de la luz es cuando se presenta al natural o en ambiente.

Creo en un equipo ligero, una cámara sencilla que te permita transportarte diariamente sin notar su peso. Los grandes equipos hacen grandes fotos, pero no captan los pequeños detalles, ni están disponibles para captar lo efímero e invisible que acontece en el día a día. Creo que es importante conectar con tu cámara hasta el punto de olvidarte de ella, convencerte de que es tu ojo quien aprieta el botón y que la cámara es tan solo una herramienta. No es fácil llegar a este ejercicio requiere esfuerzo y costumbre, hacer muchas fotos, machacar el ojo para finalmente hacer callo en él.

Aunque Siento un gran respeto por la fotografía profesional y de estudio para mi no es una inquietud que vaya más allá de lo que pueda significar un trabajo y una compensación monetaria alejada del disfrute intelectual que me supone hacer una fotografía más personal. Aun así considero didáctico todo lo que pueda aprender de ella y no descarto una futura profesión como fotógrafo.

Considero ésta reflexión esbozo de futuras modificaciones. No doy nada por sentado, ni por sabido, creo que aún estoy en fase de aprendizaje, de escuchar el zumbar de las hojas. No he recogido seguridades todavía para adentrarme en el bosque de la fotografía.

Pero como bien recoge Juan Valbuena en el texto escrito para el libro "La letra pequeña de mi memoria”: al menos hacemos fotos.

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