Walker Evans es un fotógrafo estadounidense, nacido en 1903 en San Luis Misuri. Progenitor de la tradición documental en la fotografía americana. Durante cincuenta años, desde finales de 1920 a principios de 1970, Evans grabó la escena americana con el matiz de un poeta y la precisión de un cirujano, creando un catálogo enciclopédico visual de la América moderna que se estaba construyendo por aquel entonces.
Al principio de su carrera, estuvo en París escribiendo cuentos cortos y ensayos, ya que la intención de Evans al regresa a Nueva York era la intención de convertirse en un escritor. Sin embargo, fue en París dónde se empapó de toda la fotografía Vanguardista y donde comenzó a tomar la cámara para gradualmente redirigir y volcar sus impulsos estéticos orientados a la literatura; el lirismo, la ironía, la descripción incisiva y estructura narrativa finalmente al medio fotográfico.
Logró plasmar su propia personalidad gracias a un viejo maestro, Eugène Atget. Cuando Evans vio su obra dejó a un lado su moderna cámara y empezó a trabajar como él, con una cámara grande y anticuada. Con ella iba más despacio pero le obligaba a mirar las cosas más detenidamente.
Evans aprendió de Atget como el objeto y las cosas que fabrica la gente son capaces de evocar de una manera infinita las vidas de las personas que tienen relación con dichos objetos. A menudo, unos objetos materiales, como un par de zapatos, o un letrero en la pared transcienden para convertirse en una metáfora contundente de la existencia. Además sus fotografías de arquitectura en carretera, iglesias rurales de ciudades pequeñas, barberías y cementerios revelan un profundo respeto por las tradiciones olvidadas del hombre común.
Entre los años 1935 y 1936, durante 18 meses, trabajó para la Farm Security Administration, un programa trataba de documentar la difícil situación de las comunidades rurales de los Estados Unidos durante la depresión.
En su fotografía abandona cualquier forma de idealismo romántico en contra de la tradición pictorialista. Evans desterró todo artificio de su práctica fotográfica, dándole el prestigio merecido tanto al minero de carbón como al puesto de verduras ó el cartel de una película. Grabó la vida cotidiana de muchas formas: la cultura popular, la iconografía del comercio y el consumismo, el automóvil y su impacto sobre el paisaje, la nueva pobreza, la riqueza de edad, y todo lo demás.
Su fotografía era realidad pura y directa, sin artificios ni suavizados. La idea que tenía de la fotografía documental era aún más compleja, para él una fotografía documental no tenía nada de simple. Estaba en contra del concepto predominante cuyo objetivo era mostrar la verdad con la intención de cambiar las vidas de las gentes. Evans define que éste concepto de fotografía documental debería ser conocido más bien como “Fotografía Estilo documental” o “estética documental” porque quería que se supiera que solo era verdad en apariencia, que no era objetivo.
Evans no plasmaba lo que tenía delante sin más, recolocaba las cosas para minimizar la miseria y elevaba los objetos más sencillos a la condición de iconos de la vida domestica. Sus fotografías cruzaron la frontera que separaban el documental del arte.
Técnicamente sus fotografías se caracterizan por una gran profundidad de campo, largas exposiciones, posados, imágenes detallista, encuadres generales que mezclan arquitectura y personas y que lo realzan todo por igual en un intento de ser objetivo. Fotografías de Gran formato con una Máxima Textura, nitidez y detalle (negativo de 8X10) y un excelente uso de la luz natural en las que rara vez utiliza flash.
La genialidad de Walker Evans reside en que finge que solo te muestra la realidad tal y como es, pero lo cierto es que al elegir esa realidad está influyendo en tu forma de ver el mundo. Evans era fiel a la idea del cruel resplandor de la realidad. La sencillez de sus fotografías es engañosa, diciendo muy poco obliga a decir tanto que quien contempla sus imágenes acaba desmoronándose ante ellas.
"Dejando de lado los misterios y las desigualdades del talento humano, el cerebro, el gusto y la reputación, la materia del arte en la fotografía puede reducirse a esto: es la captura y proyección de los placeres de ver, es la definición de plena observancia y sentido. "
- Walker Evans
Walker Evans |
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