Tal vez éste sea un capítulo difícil de analizar para muchos fotógrafos ya que supone un duro golpe saber cómo funciona el mundo de la fotografía hoy en día. La realidad es que la fotografía es un medio masificado pero a la vez muy apreciado, pero cuesta saber adoptarle el valor que se merece debido a la gran invasión y número de fotografías que se hacen a diario.
A partir de los años 70 jóvenes adinerados sobre todo de Estados Unidos muestran un gran interés por la compra de antiguas fotografías de fotógrafos clásicos, se empieza a dársele un valor monetario en proporción a la antigüedad de la copia original sacada por el mismo autor. Con ello la fotografía empieza a adquirir en subastas precios desorbitados, como fue el caso de la fotografía “el estanque – luz de luna” de Steichen. Que batió el record por encima de un millón de dólares. En materia de fotografía y lo que representa el mercado se cumple la máxima de que “menos, es más”.
Esta ecología del medio, obliga a los fotógrafos contemporáneos a sostener su obra mediante una mayor reflexión y discurso del mismo. En el ejemplo expuesto en el capítulo sobre el fotógrafo Seydou Keita los mismos entresijos a los que se vio expuesta su obra, su descubrimiento, su posterior muerte y conflictos de sus representantes por la propiedad y difusión de su obra revalorizaron notablemente el precio monetario de sus fotografías.
En el caso del fotógrafo Chino Wang Quinsong, él mismo alega que el mercado del arte fotográfico ha especulado con sus propias imágenes, lo que le genera la preocupación de que los compradores que se mueven en éstos circuitos no respetan realmente su obra o no alcanza a comprenderla, ya que están más interesados en revalorizar la imagen que en empaparse de su contenido y belleza.
Existe pues un conflicto entre la arte como simple belleza o el arte como producto. Debate que ya se planteaban fotógrafos como Steichen y Stieglitz. La gran novedad de la fotografía en la actualidad es la posibilidad del fotógrafo de establecer una comunión entre el encargo y la fotografía más artística y personal.
Existe una hibridación de géneros que ha dinamitado los pilares en los que se clasificaba la fotografía en: moda, documental, arte,… La fotografía vuelve a ser lo que los fotógrafos quieren que sea y esa liberta se ha convertido en su mayor virtud o su mayor peligro. A nosotros como fotógrafos de ésta época no nos queda más que adaptarnos y abrirnos hueco en ésta masa líquida en la que se ha convertido la fotografía actual.
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