Estamos ante una publicación de un alto contenido visual, la mayoría de artículos van acompañados por fotografías o ilustraciones. Haciendo un análisis por encima deduzco que sólo algunas fotografías puntuales para alguna entrevista con algún célebre personaje están hechas exclusivamente para ilustrar la revista. Cuando se da éste caso siempre se sueles especificar el nombre del fotógrafo en el artículo, en el caso de las ilustraciones ocurre lo mismo.
El resto de imágenes son tomadas de archivo, o cedidas por otros fotógrafos, pero no realizadas con el fin de ilustrar la revista. Estoy hablando en términos de contenido, está claro que las fotografías que ilustran los anuncios que rellena el suplemento están tomadas por las agencias publicitarias competentes de cada uno y cedidas para acompañar a la publicación. Es decir es un contenido masticado que únicamente debe ser copiado y pegado en páginas por el maquetador.
La base informativa del suplemento son las entrevistas, con lo cual el tipo de fotografías que predominan en sus páginas son de retrato. La portada ya te ayuda a afianzar ésta idea, porque todas las portadas tienen una unidad temática definida por la disciplina fotográfica del retrato.
Me desconcierta encontrar imágenes en las que se detalla claramente el autor y otras en las que su procedencia es desconocida, supongo que para cierto tipo de fotografías con mayores derechos se establecen unos mínimos de reconocimiento para su consecuente publicación mientras que otras pueden haber sido tomadas de bancos de imágenes donde se pagan por ellas y no es necesario reconocer la imagen a nadie en concreto.
Aun así para ser una revista semanal en la que predomina la imagen, no veo grandes horizontes para aquellos fotógrafos que quiera dedicarse a llenar éstas páginas. La ecología de las imágenes y su reutilización invaden el suplemento, claramente con el objetivo de abaratar costes de producción.
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